Cortesía Prensa Gimnasia |
José Rodríguez nunca sabrá hasta dónde lo habría llevado el fútbol. El ala-pívot custodiaba el arco del equipo de su parroquia La Vega, en Caracas, pero una circunstancia de su entorno lo movió súbitamente al baloncesto.
“Era portero. Cambié de deporte porque en mi liceo no jugaban fútbol, solo básquet. En ese momento me decidí porque quería practicar algo”, recuerda el caraqueño en el polideportivo Victor Nethol en La Plata.
Su pasantía por el balompié demoró la llegada a su profesión actual. A los 16 años de edad enfrentó a la escuela de Cocodrilos de Caracas en un amistoso y el cuerpo técnico saurio no dudó en invitarlo a entrenar con las categorías menores. Luego, en 2015, se estrenó en la Liga Profesional de Baloncesto con el equipo grande.
Rodríguez continuó su vertiginoso ascenso dos años después, cuando el técnico argentino Fernando Duró lo hizo debutar con la selección nacional. Además, en el mismo calendario, disputó la Liga Sudamericana de Clubes con Cimarrones del Choco (Colombia) y su última experiencia fue en la Liga Argentina, segunda categoría del país, con Gimnasia y Esgrima de La Plata.
“Tiene 24 años de edad y lo que ha hecho en ocho años es maravilloso. Atléticamente es muy apto, pero está falto de fundamentos, debe trabajar más la técnica individual para convertirse en un puesto tres. Si se preocupa puede llegar a ser un jugador muy importante para Venezuela”, detalla el director técnico de El Lobo (apodo del club platense), Héctor Santini.
La pasantía del interno en territorio sureño culminó el pasado 19 de marzo. De acuerdo al departamento de prensa del conjunto interrumpió su participación por "motivos estrictamente personales que lo obligaron a volver a Venezuela". Horas después anunciaron la firma del pívot estadounidense Ricardo Glenn. De igual manera, el criollo había visto disminuido su tiempo de juego.
Cortesía Prensa Gimnasia |
En el tabloncillo, Rodríguez recibía constantemente indicaciones del coach y de sus compañeros; incluso a veces en tono de regaño, pero nada personal. Al final de un encuentro, tras una victoria importante frente a Deportivo Viedma, el base Leonardo La Bella interrumpió la entrevista y le gritó: ‘¡Vamos, Pepe, vamos!’. También se acercaron fanáticos a darle un espaldarazo.
En poco tiempo se ganó la estima del club; no obstante, el exestratega de Gaiteros del Zulia y Guaros de Lara ya había advertido que la situación comprometida del club (pelea por no descender) atentaba contra su proceso de aprendizaje: “Cayó muy bien en el grupo. Es muy amigable y divertido (...) Trabajamos para su evolución y para el bien del equipo, pero a veces hay necesidades que no coinciden con el puesto que él juega”.
En plena juventud, Rodríguez cambió los guantes de guardameta por el baloncesto y no puede estar arrepentido. ¿Pudo haber sido un Rafael Dudamel, Renny Vega o Wilker Fariñez? Jamás la sabrá, de lo que sí está al tanto es que el básquet lo llevó lejos de su parroquia, pero avisa: “esto no queda aquí, quiero jugar en una mejor liga. Estar aquí me abrirá muchos caminos”.
Revisa acá las estadísticas de Rodríguez http://bit.ly/2ptVyME
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