Foto: Dagne Cobo |
Víctor
Rojas es médico veterinario de profesión, pero desde hace más de dos décadas se
encarga de enseñar baloncesto. La cancha del bloque cuatro en La Silsa es el
salón donde alberga a los alumnos, en conjunto con su hermano Manuel.
De
su escuela salió el tercer NBA venezolano, Greivis Vásquez. “Mucha gente dice
que él salió de Coche. No es así. Allí vivía su papá, pero acá, en la parroquia
23 de enero, fue donde dio sus primeros pasos en el baloncesto”, exclamó Rojas.
El
docente está acostumbrado a manejar equipos de baloncesto conformado por
varones, pero gracias a su sobrina, quien participa con Bucaneras de La Guaira
en la Liga Femenina, se inspiró para dirigir al sexo opuesto.
La
semana pasada, Rojas tuvo la satisfacción de impartir órdenes a las féminas que
se ganaron un cupo al Premundial 2013, con la particularidad de que apenas
tienen 15 años de edad. El dirigente contó lo peculiar que es llevar a cabo su
empleo.
“Su
sistema pensativo y corporal es distinto. En los entrenamientos es fácil notar
que no tienen la misma intensidad que los hombres, pero no quiere decir que no
se entreguen por completo. Hay que tener cierto cuidado porque reaccionan
distinto. Al hombre le puedes exigir, de manera determinante, que hagan su
trabajo; mientras que a ellas tienes que ganártelas, enamorarlas, porque cuando
no quieren hacer algo, no lo hacen. De allí nadie las saca”, detalló Rojas.
El
experimentado entrenador, quien tiene en su currículo más de 50 campeonatos
nacionales, aseguró que manejar a mujeres es un reto. “Hay que ser versátil y
utilizar mucho el aspecto sicológico. A veces suelen caer en chismes y eso
puede alterar la unión entre ellas”.
Para
nadie es un secreto que el baloncesto femenino está lejos de llegar al mismo
rendimiento que el masculino. Según Rojas, el crecimiento dependerá de los
instructores que se dediquen a ellas. “Hay mucho trabajo por delante. Se debe
hacer énfasis en los fundamentos básicos del juego desde minibasket. Las
jugadoras llegan sin experiencia a la adolescencia. Tienen muy poca actividad
anualmente debido a que son escasas las ligas”, concluyó.
Las
características de las basqueteras criollas son similares a la de los varones:
poca altura y mucha velocidad en ataque. “Es un equipo rápido y pequeño en
comparación a otros países, pero si se invierte en este grupo estaremos en
presencia de una buena camada”, apostó.
La
masificación de la disciplina también es una tarea pendiente. Son contados los
estados que participan en los campeonatos nacionales. Las doce quinceañeras que
formaron parte de la Vinotinto se repartieron de la siguiente forma: Distrito
Capital (5), Barinas (3), Lara (3), Monagas (1), Guárico (1) y Mérida (1).
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