Foto: Elyxandro Cegarra |
Roque
Osorio terminaba de ofrecer la que probablemente será su última rueda de prensa
como jugador y Diego Guevara irrumpió en la sala. Ambos fueron rivales minutos
antes, al enfrentarse Panteras de Miranda y Guaiqueríes de Margarita, pero eso
no impidió que se abrazaran. Era un día especial, el pívot anunció su retiro
del tabloncillo y la gerencia felina decidió homenajearlo.
“Primero
me enseñaron a ser persona y luego jugador”, soltó el zuliano. Partiendo de ese
punto, no es difícil entender porqué la directiva mirandina realizó un agasajo,
algo que no sucede con frecuencia en los gimnasios de la LPB. Muchos
basqueteros criollos con trayectoria se han ido sin recibir un acto similar.
Tampoco es complejo descifrar el motivo por el cual Guevara le expresó todo su
respeto.
“Ojalá
se diera más esto, tantos jugadores que hemos tenido nosotros a lo largo de
treinta años de baloncesto y casi siempre desaparecen. Nadie se acuerda de sus
logros, éxitos y carreras extensas. Esta carrera requiere muchos sacrificios:
estar lejos de tu casa, tener problemas familiares y no afrontarlos porque
debes irte a otra ciudad. Estoy contento con el homenaje que le dieron a mi
hermanito. Ojalá sigan los homenajes”, confesó el experimentado armador.
Al
jugador de 2.06 metros de estatura, quien está en su vigésima temporada,
todavía le faltan encuentros por disputar, pero adelanta lo que extrañará una
vez culmine el calendario de Panteras. “Extrañaré el olor del balón y la
cancha. Apenas entras a un gimnasio te impregnas de un olor diferente a
cualquier otro. Solamente los que tenemos muchísimos años jugando baloncesto lo
percibimos. Extrañaré mi tipo de trabajo, esto es muy bonito, que te paguen por
jugar. Es maravilloso, una bendición”, afirmó el Progreso del Año de 1999.
Así
como llegó a ser jugador, puede convertirse en entrenador. Pero Osorio lo
descarta tajantemente, por ahora. Prefiere dedicarse a su empresa. “No es
fácil. Me podrás ver en la Liga Nacional ayudando a un equipo como asistente,
quizás como gerente. Pero ser entrenador es difícil, es el triple de trabajo.
Las críticas y el estrés son más fuertes. No estoy preparado para eso, sí lo
estoy para lo que tengo en mano, que es mi empresa de material publicitario.
Trabajaré con ellos dos o tres años y, si Dios me presenta algo antes de ese
lapso, bienvenido sea. Mi esposa tiene problemas de salud y necesito estar
siempre en la casa, ese es uno de los
motivos de mi retiro”, argumentó.
El
reconocimiento a Osorio es un ejemplo para el resto de los equipos. Nunca es
tarde para homenajear a quien pasa gran parte de su vida en una organización.
Su
paso por la selección
La
carrera de Roque Osorio no se limita únicamente a la LPB. En la selección
nacional también participó. Su debut fue en los Juegos Centroamericanos y del
Caribe en 1998, igualmente vistió la camiseta vinotinto en dos Suramericanos
(Montevideo 2003 y Puerto Montt 2008) y un Preolímpico (San Juan 2003). También
formó parte del equipo criollo que fue a Grecia a disputar el Mundial
Juvenil de 1995, según reseña el libro La
Vinotinto del Básquet.
Publicado en el diario Meridiano el sábado 18/5/2013
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